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Para bien o para mal, todo lo que proceses en tu mente va a servir para mantenerte con vida o llevarte a la muerte lo más rápido de lo que puedas imaginar.
Esto no es nuevo, ya hay miles de antiguas literaturas sagradas que hacen referencia a como tu percibas las cosas, así será en tu vida. Múltiples científicos y filósofos en la historia de la humanidad lo ha demostrado y en la actualidad nuevos investigadores hacen uso de estos hallazgos para brindar herramientas que nos permiten asumir las circunstancias de la vida con una mejor Actitud.
Según los teóricos del Mindfulness tus creencias son capaces de cambiar toda la bioquímica de tu ADN. El comportamiento celular y las funciones orgánicas dependen no solo de las señales ambientales, sino también de cómo es la interpretación de esas señales.
Tu interpretación es dominio exclusivo de la mente y la manera en que la mente percibe depende de tus creencias, ese paquete informativo de esquemas, ideas preconcebidas y aprendidas a lo largo de tu historia de vida, y que básicamente terminan siendo programas mentales que se alojan en tu inconsciente.
Esos programas mentales fueron fijados a través de la repetición y la experiencia. No obstante, pueden ser eliminados o reprogramados usando esa misma repetición para mejorar tu eficacia y ser más óptimo en lo que tu decidas emprender.
Con una práctica introspectiva diaria sostenida con Actitud Resiliente se puede lograr cambiar tus creencias y así regenerar la bioquímica en tu ADN, regresar a un estado de salud óptimo porque pondrás en equilibrio la combinación Mente-Cuerpo.
Sabías que ningún acontecimiento es un hecho traumático por si mismo, no existen situaciones graves, desesperantes, angustiosas, más bien existen personas que se tornan así ante las situaciones.
Todo gira en nuestra mente, como percibimos e interpretamos los acontecimientos.
Aunque nuestro enfoque inicial sea negativo, podemos aprender a percibir nuestras situaciones de vida de forma distinta para replantearnos en términos positivos.
Todo tu ADN se mantiene activo para reaccionar, para producir un movimiento celular que envíe sustancias en todo tu cuerpo según el estado mental que tu actives, si te encuentras en negativo vas a estar en modo Stress, nervioso, angustiado. Si te encuentras enfocado, seguro vas a tener otra actitud, más somera, equilibrada, con visión y acción Resiliente para conseguir lo que más anhelas y deseas hacer.
Cómo podemos comenzar a crear esta nueva programación de nuestras creencias e ir eliminando las que no sirven, las que identificamos que nos generan stress?
1.- Estar conscientes de los pensamientos indeseables. Esto requiere la destreza de identificarlos y hacer un alto en el camino para tener otra visión de las cosas. Este tipo de pensamiento es automático, no nos damos cuenta cuando nos llegan porque los hemos aprendido a través de nuestros sentidos durante situaciones en el entorno familiar, en el colegio, en el trabajo e inclusive en el bombardeo mediático de series, novelas y películas que pasan a formar parte de una línea de conducta que consideramos normal. Las repetimos y ya.
Crear un nuevo hábito de pensamientos que nos refuercen con frases como:
Yo sí puedo.
Probaré algo mejor.
Invertiré dedicación.
Seguiré aprendiendo.
Voy a mejorar.
2.- Hacer la terapia de exposición, enfrentarnos a nuestros miedos para encontrar en nuestros valores y cualidades una manera de superarlos, es hacer magia con nuestros pensamientos en darnos autoestima. Subestimarnos nos lleva al derrumbe y la Resilencia es subir el Autoestima en nosotros.
La resilencia es la capacidad de las personas para recuperarse de periodos de dolor emocional y situaciones adversas, la capacidad para recuperarse de estos episodios, pero reconstruyéndose y saliendo favorecido.
Según los investigadores Tim Wilson y Don Gilbert (creadores de la hipótesis del Pronóstico Afectivo), “ Las cosas malas nos hacen sentir mal , pero no por tanto tiempo como pensamos, ni con tanta intensidad”. Las personas solemos aferrarnos a la desesperación con mucha facilidad pero rara vez llegamos a experimentar esos extremos.
Del mismo modo que nuestro sistema inmunológico nos defiende de los agentes infecciosos, poseemos un sistema inmunológico psicológico que cura nuestras heridas emocionales.
La mente inconsciente utiliza este mecanismo, esta dinámica para ayudar a la mente consciente a relativizar nuestras vivencias dolorosas, de modo que con el paso del tiempo, esa vocesita interna, ese narrador interno mental, comienza a contarnos otra historia más agradable de lo ocurrido.
No obstante sabemos que esa voz interior tiende hacia el dramatismo, con el tiempo todo se va regulando gracias al Sistema Inmunológico Psicológico y la mejor manera de favorecerlo es mantener siempre una Actitud Resiliente.
Cuando vivas situaciones adversas no te creas la terrible historia que tu mente te cuenta( no te auto engañes), cuestiona ese momento y abre el abanico mental de que existe múltiples posibilidades de que estés equivocado y las cosas no sean como aparentan ser de dramáticas.
Al negarnos la posibilidad de percibir los acontecimientos en oportunidades de crecimiento, la Resiliencia sigue dormida en nosotros. No obstante, al abrirnos a la posibilidad de crecimiento, encontraremos que muchas de nuestras fortalezas siempre estuvieron ahí( dormidas por nuestra ceguera mental), que todos poseemos talento suficiente para crear y desarrollar algo que generé bienestar y motive a otros a emular nuestro esfuerzo.
La actitud es uno de los nutrientes principales que ayudan a que nuestra Resiliencia se exprese. Esto activa todo ese torrente de bioquímicos que son creados en nuestro ADN para desempeñarnos mejor en la vida.
En todo momento la Resiliencia va a estar íntimamente ligada al proceso de percepción que es estimulado por los sentidos. Cuando percibimos e identificamos una situación como una adversidad y la afrontamos como un desafío, nuestras capacidades emergen. Caso contrario ocurre cuando lo percibimos como una amenaza y actuamos inseguros, anulamos por completo esos mecanismos bioquímicos que estimulan y refuerzan nuestra mente.
La Resiliencia puede ser entrenada y desarrollada, podemos aprender a percibir esos estímulos de forma diferente para replantearnos en términos positivo. Ser Resiliente es una habilidad que se refuerza con el uso y se atrofia con el desuso.
Una buena decisión consciente, cultivada con nuestro esfuerzo, disciplina, constancia, nos hará tener mejores hábitos mentales para vigorizar nuestra Resiliencia.
Aprendamos a modificar nuestro ADN para nuestro Bienestar con esta información y su práctica diaria.
Podríamos reducir en 4 los puntos para tener una Actitud Resiliente:
. Fijar metas alcanzables, para favorecer nuestra autoestima.
. Organizar y planificar el mapa para alcanzar esas metas.
. Llevar a la acción el Plan. Tomar la decisión de comenzar y poner fecha.
. Revisar semanalmente los resultados y seguir practicando con disciplina.