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Las festividades anuales de fin de año inician en Estados Unidos de Norteamérica, con la celebración del Día de Acción de Gracias.
La fecha data de tradiciones indígenas que habitaron los ancestros norteamericanos. Según la historia de esta celebración, la especial ocasión surge a raíz de una larga sequía que alegadamente conllevo una hambruna colectiva y el » milagro» que ocurrió es que comenzó a llover en el mes de noviembre y se salvaron la mayoría de las cosechas de ese año. Este acontecimiento, les hizo a los mortales una forzosa prueba de Fe y agradecieron al Altísimo por haber permitido «no» haber perdido toda la cosecha.
Este acto involuntario para los hombres y significativo para Dios, es una verdadera bendición, para esta humanidad que cada día se centra más en ser auto suficiente. El ser humano siempre piensa que todo lo puede, pero un poder sobrenatural, omnipotente e infinito nos hace recordar que hay que dar gracias por todo.
Los más afortunados, tendrán en sus mesas manjares, postres, finas bebidas y reuniones familiares para reunirse y dar gracias.
Los pobres (carentes de bienes materiales) puede que den gracias, con migajas que les ofrezca alguien que en vez de tirar lo que no se pudieron comer,decidan llevárselo a quienes ellos saben que quizás no tengan nada en su mesa.
Probablemente esa familia que recibe esa ofrenda de comida, este viviendo sin calefacción, en caso que residan en un lugar donde el invierno comienza a hacer estragos por las bajas temperaturas. Cito ese detalle como ejemplo, sin embargo dar a quien necesita sea cual fuere la intención es un acto de Amor al prójimo.
Se da gracias ese día del año, para continuar con la tradición, pero lo maravilloso es que se pueda conjugar el verbo «Dar» en todos los tiempos del modo indicativo: Yo doy, Tu das, El da, Nosotros damos, Vosotros daréis, Ellos dan. Te invito amigo lector a hacer ese ejercicio desde este momento.
Ojalá que todos los días haya un espacio de tu tiempo para dar gracias.
¡Demos Gracias! primero a Dios, luego a la vida,seguido del amor o amores que tenemos, por lo que nos falta, por lo que deseamos y hasta por lo que hemos perdido.
No se puede ir contra la corriente, hay que tratar de hacer de nuestras vidas la fuente de vida que somos. Los habitantes del planeta tenemos que agradecer especialmente a nuestras madres que con valentía nos parió en vez de abortarnos. Las parejas que nos han tocado, porque sin ellos o ellas, hubiese sido imposible lograr lo que hacemos y tener los hijos que procreamos.
En conclusión, una buena acción que decidamos hacer vale más que mil palabras, por lo tanto mis dilectos lectores, os invito a: ¡Dar Gracias!