Premio Nobel de La Paz a dos héroes

Arelis Reynoso
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Malala, de Pakistán y Kailash Satyarthi de La India son los ganadores del Premio Nobel de La Paz 2014. Una adolescente con la valentía y el coraje que la hacen merecedora de tal distinción por su lucha de defender el derecho a la educación de las niñas, en su natal Pakistán. Hace dos años Malala fue baleada por un talibán que pretendían apagar su luz en un ambiente de extremismo que condena a decenas de niñas a quedarse sin educación por un obsoleto modo de marginar a la mujer, en una cultura machista y de exclusión.

Kailash Satyarthi
Kailash Satyarthi

Satyarthi, un ingeniero informático que dejó atrás su exitosa carrera para emprender un camino que termine con el trabajo infantil, rememora a Ghandi con ese amor al prójimo que traspasa todas las barreras. El trabajo de Satyarthi, líder de un movimiento global que persigue terminar con la explotación y esclavitud laboral infantil. Ha logrado de manera pacífica, hacer manifestaciones civiles, que ha movilizado a millones de personas para llamar la atención acerca de esa realidad que cada día cobra más fuerza en varios países del mundo.

En la India, miles de niños son sometidos a fuertes tandas de trabajos forzosos, que los aleja de toda esperanza de vivir una niñez normal. La libertad de practicar deportes, recrearse y estudiar les son mutiladas a esos niños que son víctimas de la explotación laboral. Esa labor de protección y lucha por cambiar el destino a los niños es una especie de «manantial en el desierto» que cada día con más afán y apoyo hace Satyarthi. Este hombre es un ejemplo de lo que necesita el mundo para evitar que las futuras generaciones se queden estancadas en un limbo que no los deje crecer y desarrollar sus talentos y habilidades.

Malala, al momento de ser notificada que había ganado el Nobel de La Paz, se quedo en las aulas recibiendo docencia y al finalizar su jornada escolar reaccionó diciendo, que dedicaba el premio a todos los niños del mundo cuyas voces merecían ser escuchadas. Fue firme al declarar que » Los niños merecen recibir educación de calidad, tienen el derecho a estar protegidos del trabajo infantil y a no sufrir del tráfico de menores y a vivir una vida feliz». Sabias palabras que llenan de orgullo a la humanidad en unos tiempos donde la ausencia de valores y liderazgo auténtico parece ausentarse de este convulso mundo.

La voz de Malala fue escuchada en la ONU y el mundo conoció el prodigio que hay en esa jovencita que lucha por su convicción de defender la educación y los derechos de los niños.

El comité que conforma en Noruega el Premio Nobel, hiso una combinación entre una musulmana y un hindu. El mensaje viene en un oportuno momento, donde hay tantos conflictos entre países vecinos que tienen armas nucleares, por lo que se quiere mostrar la importancia de ambos galardonados que son activistas de los derechos de la infancia y que sin embrago sus religiones no son obstáculo para la causa que los une.

Este 2014 pasara a la historia por ese premio Nobel de La Paz que comparten dos héroes que apuestan a un futuro mejor y hacen a diario una labor que esta por encima de intereses personales que ponen al mundo en alerta para que reflexione y nos motive a que logremos juntos impulsar iniciativas tendentes a mejorar la calidad de vida en nuestros países para construir una sociedad mejor. Estos problemas sociales no están excentos de religiones, razas, etnias y culturas. ¡Loor a Malala y a Kailash!

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