Puede que la visión del ideólogo de los partidos modernos en la República, Juan Bosch y Gaviño , interpretara, y previera el devenir de la situación política actual.
Para desdicha de la nación fue pre síntesis efímero. Anunció el peligroso devenir que previera, trabajó para evitarlo, siempre dijo: «una crisis política llevaría al país a una crisis social incorregible». Fueron palabras mesiánica.
A pesar de que dio pasos contundentes y ejemplo, enfrentado a sectores sociales dentro y fuera de los dos partidos que fundara, murió con su rostro compungido.
Desde 1961, luego de la muerte del dictador, su dedicación al Partido Revolucionario Dominicano y el esfuerzo por el desarrollo del país, aún siendo proclamado presidente de la nación, no fue suficiente.
Pese a su ambicioso plan para un desarrollo sostenible, no tuvo éxito. La propia iglesia, la embajada norteamericana en el país y el desdén de muchos dominicanos impidieron el mantenimiento en el poder de su partido y su gobierno.
¿Las consecuencias?…Indescriptibles, pero la vivimos actualmente, sobran palabras, nos falta entendimiento..Habló el maestro de un peligroso bipartidismo y quedó corto, sobre pasó lo profético.
Al día de hoy, eran tres, luego dos, y queda fragmentos de uno. ¡Qué barbaridad tan bien pronosticada!
Lo peor es que de los fragmentos de partido en el poder, se ha perdido mucho de dignidad y entereza, tanto que se puede dudar si los procesos eleccionarios son reales o montados por la indignida.
¡Coñ.! Si soy sólo yo que veo ésto, mejor me callo y tocó otro tema en los próximos TOQUESITOS.
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