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La conferencia dirigida a padres y tutores, que tengo en agenda desde noviembre del pasado año, inició un ciclo en República Dominicana.
Bajo la iniciativa del colega Hector Gómez, quien a su vez nos honra con sus finas colaboraciones en DeporVida.net abrimos espacios para extender a la Isla nuestro proyecto comunitario que hacemos en Estados Unidos.
Educar y formar hijos que logren alcanzar éxitos en sus carreras y hacer que se conviertan con una buena crianza en ciudadanos ejemplares, fue mi objetivo desde que supe que me convertiría en madre.
Como madre, considero que muy a pesar de los anti valores que ahogan el ambiente donde vivimos, hay que retomar el sentido que la vida nos pone por delante. En esta etapa de mi carrera donde decidí iniciar mis conferencias, tuve el discernimiento de hacer de este reto lo más simple que se pudiera.
Es cierto que movilizarme dentro de USA para disertar mi conferencia amerita un costo, pero siempre he tenido la bendición de que los organizadores de la charla, han logrado hacer realidad que llegue a las comunidades donde he disertado.
Llegar a zonas donde la gente vive el «día a día» y la familia aún mantiene la estructura tradicional donde los padres somos los modelos a seguir de nuestros hijos, me inspira a llevar mi experiencia de madre con hijos triunfadores.
Como miembro de la Asociación de Madres de Jugadores profesionales de baloncesto de la NBA (MPBP, por sus siglas en inglés) me nace la idea de compartir mi experiencia con madres hispanas, residentes en USA.
La misión Sandy Spring, que opera en la ciudad de Atlanta, Georgia fue la primera organización interesada en montar la charla. Alrededor de 190 padres, tutores, profesores, entrenadores y voluntarios en trabajos comunitarios asistieron al primer ciclo. La presencia de jóvenes y niños, motivaron a los padres a solicitarme hacer alguna charla para sus hijos.
De esa inquietud, nace las Mesas redondas, que también estoy haciendo para los jóvenes. El Día de Martín Luther King, el pasado mes de enero se realizó con éxito esa actividad, que dada la amplia respuesta de la comunidad, ha quedado instituida para hacerla todos los años.
Me inspiró, el doctor Reverendo Luther King por la manera en que hizo despertar el sentimiento de millones de norteamericanos que vivieron «apartheid» y todo género de abusos que dividieron la nación más poderosa del mundo.
En la mesa redonda, participaron trabajando con grupos educadores, coaches, artistas y otros profesionales que invite a pasar una mañana con los jovencitos, que a decir verdad fue otra grata experiencia. Más de 200 participantes aprendieron a determinar la importancia de planificar sus futuros, con los temas que tomados todos del discurso «Yo tengo un sueño», les sembramos para que se entusiasmaron construir el norte de sus vidas.
En mi país, tiene un sentido especial, dado el hecho que ahí nació mi hijo mayor. A pesar que se educó sus primeros años de vida en Estados Unidos, donde residíamos junto a mi ex esposo, también atleta; luego del divorcio me mudé de nuevo en mi tierra con mi hijo.
Si bien es cierto que me tuve que hacer una mujer en tiempo récord, dado la crueldad con que la sociedad trata las mujeres divorciadas, pudo más el amor de madre y el coraje de enfrentar todo lo que trajera el día a día para hacer de la vida de mi hijo lo más normal posible.
Las sociedades que tienen amplias diferencias sociales, donde las oportunidades están destinadas a un reducido grupo de personas,ameritan que haya gente dispuestas a pensar que la vida tiene que ser real y a pesar de las incongruencias que se presenten, el mundo es hermoso. Plantearnos, cada día que se puede lograr los anhelos y sueños de nuestros hijos es la mejor manera de vencer los obstáculos.
No hay barreras que impidan sembrar educación, valores, disciplina, incentivar a creer que todo lo que desean es posible es mi prioridad.
Aún, retumba en mis oídos las expresiones de mi primogénito cuando a sus seis años y medio me dijo que ya tenía definido lo que quería ser en la vida, me trae recuerdos en contrastes de nostalgia y alegrías. A esa edad, todos hemos pasado por una niñez de pensar en jugar, asistir a la escuela, practicar deportes, etc. Pero, que de una manera tan firme y coherente, un hijo nos diga:»Quiero aprender a jugar baloncesto en una academia porque seré un jugador profesional de baloncesto y prepararme para llegar al estrellato» no creo que sea común.
Pero, amigo lector, le digo que este fue mi caso. Mi hijo Alfred Joel, me sorprendió con ese comentario que a través de los años ratificaba en su proyecto de vida.
No valieron las burlas de inclusive algunos familiares, que se mofaban de decirme que era exagerado estar viajando al interior del país acompañando siempre a mi Big Al en sus juegos. Mientras, pasaba el tiempo desde sus nueve años me dispuse la meta de llevarlo a participar en campamentos dirigidos a niños en USA, específicamente en la ciudadana de Miami. El resto es historia, sus estudios de educación secundaria los hizo residiendo junto a su padre en la ciudad de Grand Ledge, estado de Michigan.
Moralejas que me han tocado fuerte, transformaciones existenciales y hasta un estilo de vida inesperado fueron siempre mi rutina. Nunca me rendí, inclusive los comentarios necios eran como si no los hubiese escuchado. Entiendo que muchas de las incongruencias que tiene la gente, están basadas en que no tienen el coraje de enfrentar la vida como les toque vivirla.
No es cierto que hay que ser una persona más del montón, trabajar y estudiar siempre nos reforestan. Así como la naturaleza resurge en las flores del campo, la reproducción de los animales, para poner en contexto como existir no se mide por lo que tenemos, sino por lo que somos.
Es fácil para quien tiene abundancias y opciones triunfar, pero también tenemos derecho a vivir nuestras realidades sacando lo mejor de cada uno de nosotros.
Las excusas para dejar que otros nos pauten lo que nos toca vivir sobran, cada persona es el arquitecto de sus futuros por lo tanto no hay culpables a quien achacarles nuestros fracasos.
Levantarse, una vez caemos es de humanos, los errores siempre van a ser parte del historial que nos toca y debemos aprender a no repetirlos. Pero, si vivimos con metas que alcanzar,plazos que cumplir, os aseguro que la vida será siempre como deseamos. Cuentos de hadas e imitar a quienes están viviendo una vida de ensueño, no es válido para fundamentar una vida. Esas historietas han pasado a la historia, un mundo globalizado donde el mayor y único activo lo protagonizamos nosotros mismos es lo que toca enfocar para lograr ser entes productivos.
Los Alcarrizos, Pedro Brand y el Club Los Prados convocaron sus comunidades para que los padres y jóvenes recibieran mi conferencia. Agradezco a los honorables síndicos su manera responsable de hacer que la familia tuviera una opción distinta a una francachela con el bullicio de música y comilonas. En los tres lugares, sentí una receptividad positiva de los asistentes, espero que cada persona que asistió a la conferencia, puedan contar sus historias con un antes y después de:»Sembrando Hijos Triunfadores».