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Sentencia de 175 años de prisión para el ex médico de la selección de gimnasia de USA Larry Nassar, sienta un precedente en la historia jurídica estadounidense, ante la valentía de las mujeres que aliviadas y sacando los secretos de la cadena de abusos que fueron sometidas durante décadas; pudieron enfrentar esta vez en un escenario seguro y confiable sus historias y contarlas cara a cara del verdugo que malogró la integridad de esas niñas que hoy son mujeres.
La juez Rosemarie Aquilina, se convirtió en la justiciera por excelencia del grupo de deportistas, que aunque algunas habían hablado, fueron ignoradas en otros escenarios donde el Nassar siempre salía airoso.
El estrado se iluminó en las contundentes palabras que emitió la jueza al dictar sentencia y de paso cerrar un ciclo en las vidas de tantas mujeres que valientemente se animaron a enfrentar al monstruo que “acorralado” de seguro hubiese deseado que la tierra se lo tragara.
Una por una
El gesto de Nassar fue lo que motivó a la transmisión en vivo del juicio, que Aquilina se indignó y logró que la justicia llegara para tantas mujeres que de manera colectiva y rompiendo las cadenas de humillaciones se desahogaron a contar los momentos que vivieron en presencia del médico.
Todas las que desearon hablar subieron al podio y desenterrando el estigma de seguir en silencio, lograron articular palabras y sacarse desde dentro sus frustraciones y miedos.
La juez les permitió contar sus historias que retumbaron en la nación. Con palabras fuertes dejó claro que impartir justicia no tiene precio.”Si la constitución lo permitiera, pediría que a Nassar le hicieran lo mismo que les hizo a sus víctimas”, citó la dama. Luego, tuvo el detalle de llamarlas:”superhéroes”
Fin de la pesadilla
Ansiedad, baja autoestima y otros desórdenes en sus personalidades quedaron atrás. El juicio es la mejor terapia que cada víctima de Nassar tuvo, no hay nada que se compare con desahogar y soltar enfrente de la persona que causó el daño esos sentimientos que eran el obstáculo de despertar sobresaltada al recordar episodios vividos.
Aquilina, supo desde el estrado dejar claro que para ellas una nueva vida les espera y que cada día serán más fuertes y el hoy confinado hasta el último día de su vida, será marchitado y literalmente dijo se irá “muriendo”.
Cada testimonio, según Aquilina se convirtió en una voz imparable, alta y fuerte.
Todas las pesadillas pasan, pero sin dudas este capítulo ganará fuerza en las víctimas que no se atreven a hablar de acosos y abusos.
La sentencia que fue dictada por una mujer, cierra un ciclo y abre otros que ojalá se puedan manifestar en el resurgir de mujeres que con talento sobrado, ven frustrados sus anhelos ocultando episodios que lo provocan hombres machistas que se creen intocables.
Escuchar a la juez decirle al convicto:”Es un honor y me privilegia sentenciarte, no has hecho nada para merecer salir de prisión” fue sin dudas un momento en que para las víctimas un roció se inicia en sus amaneceres.
La juez no ha querido hablar en los medios y ha manifestado de manera ética a su oficio, que la historia del juicio debe estar enfocada en las sobrevivientes, dejando claro que la historia de cada una fue relevante y contundente para la condena.
Atención padres
Es un honor tener hijos con talentos, en mi caso, he tenido la tarea de ser el bastión de mis dos hijos para que desarrollen sus talentos en los deportes.
Hay que sacar tiempo para estar presentes junto a sus hijos en sus años de niñez y nunca dejar que estén a solas sin supervisión con nadie.
Los casos de entrenadores abusivos, médicos como ese Nassar que aparentan rectitud y decencia, son humanos. Esa condición los hace imperfectos y cualquier aberración escondida, si están ante ojos avizores les cuesta más trabajo materializar.
Para mi inclusive si mi hijo adolescente necesita ir al baño, caminó detrás de él y cuento tres minutos, si no sale entro al baño de caballeros, sin importarme violentar reglas.
Un depredador sexual consuma su acto en cuestión de segundos, el silencio y los cambios de conductas de las víctimas se quedan plasmados para toda a la vida.
No hay que ser extremista, pero dilectos lectores es mejor prevenir que tener que lamentar.