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El poder del amor llevó a la cima dos almas que se unieron para hacer vida común y romper barreras. La raza, religión, culturas y los estereotipos que casi siempre dominan las parejas que inician una relación amorosa estuvieron ausentes en dos seres humanos que echando de lado los comentarios de curiosos y el que dirán dijeron:”Si, quiero”.
Ella, actriz de profesión proveniente de una familia multiracial, nacida de una madre afroamericana y un padre anglosajón, conquistó al principe Harry, hijo menor de la princesa Lady D.
La llamada princesa del pueblo, no estuvo presente en el enlace, hace 20 años la muerte la sorprendió en lo que aún sigue siendo un misterio. Sus hijos son el vivo retrato de esa dama, que murió joven, en la plenitud de su vida y que al igual que sus hijos hizo que la vida en Reino Unido diera un giro que nunca antes se había visto en esa sobria y estricta monarquia.
Harry, tras la muerte de su madre, sufrió depresión, se volvió rebelde y su vida era vista como la de cualquier joven descarriado que nadie podía controlar.
Sin embargo el amor llegó con lo que alegadamente se comenta fue una cita a ciegas con una dama divorciada, feminista y activista de causas diversas. Harry quedo cautivado con esa mujer y rompiendo esquemas y defendiendo su amor logró que su abuela la reina, le diera su consentimiento para el enlace que ha sido denominado como “Boda del año “.
La fuerza del amor
En una boda transmitida por televisión y que desde el compromiso de la pareja impactó la economía de Reino Unido, Harry y Megan se juraron amor eterno.
Especulaciones de un padre que pretendía vender la exclusiva de su hija, una hermana que divulgó historias de su media hermana, entre otras curiosas anécdotas tejieron el lado de la novia en todo el transcurso de los días previos al matrimonio.
Harry, que se desbordó en apoyar a su prometida en cada detalle, incluso solicitándole a la prensa que dejaran de acosar a su novia, fue el otro protagonista de esa historia de amor.
Ambos lograron hacer mágico su día. Un pastor norteamericano ofició el enlace y un coro extraordinario cantó un tema que define lo que un matrimonio debe procurar. “stand by me” una canción que narra como el apoyo y complicidad deben primar en una relación que une sus vidas para emprender juntos un camino con propósito.
La fría tradición de una de las monarquias más sólidas del mundo, escuchaba con asombro las palabras salidas del corazón del celebrante, el obispo Michael Curry, disfrutaron el coro góspel dirigido por Karen Gibson y sellado por el joven Sheku Kanneh-Mason un violoncelista que el principe Harry conoció recientemente.
El común denominador, los tres son negros. Esa barrera racial, mostró que se puede convivir sin barreras, la raza no es obstáculo para unirse por amor, esta boda ha marcado un hito sin precedentes en el mundo.
El poder del amor, eleva sin límites la dimensión de dos seres que desean hacer sus vidas formando un solo corazón y mirando hacia una misma dirección.
No hay poder humano que rompa un sentimiento puro y genuino. Dos almas que se unen ante Dios, sella el sentimiento para que el compromiso y la responsabilidad de cuidarse el uno al otro, apoyarse, admirarse mutuamente sea aún más significativo.
Sin poses, estrictos protocolos y con un ambiente alegre, la vida de Harry pasa a otro nivel.
Duques Sussex
Ahora, la ciudadana norteamericana Meghan y el principe Harry vivirán con sus títulos nobiliarios como los duques de Sussex, la inclusión de razas y diversidad acompañarán esa pareja en la vida que iniciaron el sábado pasado.
Harry, que al igual que su hermano son jóvenes del siglo XXI, ambos con una visión de la vida como es. La siembra de ser genuinos, libres de pensar como deseen y enarbolando autenticidad en sus vidas es el aporte que su madre Diana, les sembró.
A pesar de las tradiciones monárquicamente establecidas en países donde viven ese sistema político, donde los matrimonios se “arreglan” los hijos de Diana y el futuro rey Carlos de Inglaterra; han roto esas tradiciones. Ambos se han casado por amor, con mujeres que no pertenecen a la realeza.
Los duques de Sussex, llegaran a revolucionar un ambiente súper estresado, donde todo se circunscribe en hacer dinero para sostener esa monarquia.
Los nuevos tiempos implican nuevos cambios y la ruptura de tantos estereotipos que son necesarios en una era de internet, redes sociales y la corriente de una generación milenial que no conoce esconderse en un título para dejarse manipular de estándares rutinarios.
Cada ciudadano de Estados Unidos, que tuiteó durante la boda, coincidía en que era tiempo de cambios en la familia real, aprobando en sus mensajes que una joven común sea ahora una mujer que hará vida en Reino Unido, con el anhelo que Meghan y Harry logren cambios favorables para Reino Unido, que impacten positivamente esa sociedad y trascienda en todo el mundo.