En los tiempos del holocausto no existían redes sociales ni los avances tecnológicos de hoy. Así, sin celular, sin computadora portátil ni de las grandotas antiguas, vivió por más de dos años encerrada la adolescente Ana Frank junto a sus familiares y cuatro personas más.
La historia de esta niña alemana de ascendencia judía, no incluye clases por internet. Se refugiaron en la parte superior de un edificio en Amsterdam sin poder hacer ruidos, con poca luz y sin contacto con el exterior. Solo un par de personas secretamente le llevaban provisiones y noticias sobre las persecuciones y las barbaridades provocadas por los Nazis.
Interesante hacer un análisis comparativo sobre el encierro que vivimos hoy por el Corona Virus y el que vivió la familia de Ana Frank y muchas familias que sufrieron persecuciones por el simple hecho de ser judíos. Abandonaban el confort de sus hogares dejando todo y alejándose de seres queridos, para evitar ser llevados a los campos de concentración o matados al instante.
Nuestro encierro es nada comparado con lo que vivieron los perseguidos de aquella época. Ana Frank no podía ver películas en Nexflix ni en ningún medio. Su único refugio era desahogarse contando los hechos en cuadernos. Luego sus escritos se convirtieron en el famoso Diario de Ana Frank, gracias a la publicación que hiciera el único sobreviviente de la familia, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial.
Ojalá que como la pequeña Ana, nos volvamos productivos y creativos en estos tiempos de encierro. Ella con muy poco hizo mucho: dejó un emocionante testimonio a la humanidad. Quejarnos no aportará.
- El encierro de Ana Frank - marzo 24, 2020
- Abrazando árboles - diciembre 21, 2019
- El placer de ejercitarse - septiembre 9, 2019