Esa soberbia que es certeza consciente abarcadora, imperdonable que acaba con la vida pecante y picante que fractura todo cuanto a los verdugos cobardes revienta.
Los jefes auto heridos pierden el sentido de la tolerancia y su comando al mando del des orden traiciona a su propia idiosincrasia y el desencuentro ciudadano se agrieta y muerde.
La luminosidad perdida entre el afán de poder, hace que en un mundo patas arriba, los de arriba paralicen la paz mundial persiguiendo a los que con rebeldía y coraje se oponen al abuso y engaño.
Esta prosa vulgar condena a la injusticia social que golpea brutal a los rebeldes que se expresan sentidamente y normalmente lo pagan con sus vidas, y los rebeldes diversos y dispersos, creadores de valor!
No enumeramos sus nombres cada uno y cada cual tiene uno en su territorio habitual, muchas veces des entrenado para fluir con la belleza de reivindicar al mundo.
Nos les quitan el aliento, lo vivimos a diario, los que no tienen conciencia no se reconocen en los demás ni en los después, ni en el micro ni en el macro mundo.
Estos inhumanos desconocen el misterio del dolor humano y a los más sensibles les cobran el valor total con creces les roban sin pudor su porvenir y se pudre lo esencial sin costes.
Es que estamos de inquilinos en un mundo que hace lo revés de lo que predica, el mejor ejemplo es que los dos siglos recientes cada uno de sus años resonaron anunciando paz mientras hemos vivido guerras sectoriales de magnitudes descontroladas, de libre comercio, libre mercado utopía y lucha entre la economía política del poder y las decisiones propulsoras de malestar y pobreza.
Aún no se entiende la liberación, ni la inversión extranjera modernidad y más más por demás demás…de su ronda de errores, nos chamuscaron la vida, y solo los rebeldes las entregan sin penas ni glorias. Aprended pueblos, es hora.
Nadie se preocupa ni razona, solo los rebeldes nadie se opone ni aporta, solo los desobedientes nada vale más que un bocado bien montado a costas de los desposeídos impensados de los sistemas invocados sólo por los que agigantan su desaparición sin que se sepa si el cielo un día le compensará su sin razón Inaudito para terrícolas.
Se extinguen en el mundo los informadores veraces a cambio de una renuncia a la opulencia y comodidad.
Aumentan los científicos que bien estructuran por paga los fascinantes textos creíbles y exitosos que ganan los reconocimientos por el éxito de las bien expuestas mentiras.
No hay fe visible para que esto cambie, los rebeldes son simples andantes que solo tienen un espíritu que les pulsa acciones auto destructivas en su cerebro a la espera del goce eterno fuera de este turbulento mundo feroz y fugaz.
Si Dios no se olvida de los que creemos que Dios nos cree, en su bondad quedamos de poner nuestras desmedidas e insistentes y ultima de nuestras últimas esperanzas y guardadas por desuso. Paradoja incesante.
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