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Sabías que según el tipo de deporte que practiques estás más o menos expuesto a sufrir alguna lesión. Éstas pueden presentarse no sólo a nivel muscular, sino también de las articulaciones, tendones y ligamentos. La lesión muscular representa entre el 40-60% de todas las lesiones deportivas, su localización depende del tipo de deporte que se practique: cada especialidad tiene mayor incidencia una zona en concreto: isquiosurales en el fútbol, gemelos y sóleo en el tenis, cinta iliotibial en atletismo en pista, cuádriceps en montaña, hombro en balonmano.
Cómo se clasifican las lesiones deportivas:
1.- Las lesiones agudas que ocurren de repente mientras se está jugando o haciendo ejercicio: un esguinces de tobillo o una distensión en la espalda.
2.- Las lesiones crónicas que se originan después de practicar un deporte o hacer ejercicio por mucho tiempo.
El tratamiento inicial para el tipo de lesiones agudas leves es con el método RICE: reposo, hielo, compresión (poner presión sobre la herida) y elevación (elevar el área lesionada a un nivel más alto que su corazón).
En el caso de las lesiones más graves se aplican medicamentos, limitación de movimiento, cirugía, fisioterapia y reposo.
Las lesiones deportivas más comunes son:
- Los esguinces o torceduras; son un tipo de lesión del ligamento (el tejido que conecta dos o más huesos en una articulación o coyuntura). Cuando ocurre un esguince, uno o más ligamentos se estiran o desgarran. Los síntomas de un esguince incluyen: dolor, hinchazón, moretón y uso limitado de la articulación.
- Los desgarros o distensiones de los músculos: es una lesión de un músculo o de un tendón (cuerdas fibrosas de tejido que conectan el músculo al hueso). Cuando ocurre un desgarro, el músculo o tendón se estira o se rompe. En este caso, además del dolor, los síntomas de un desgarro incluyen: espasmos musculares, hinchazón, calambres y dificultad para moverse.
- Lesiones en la rodilla
- Lesiones en el tendón de Aquiles
- Dolor a lo largo del hueso de la canilla (tibia)
- Fracturas
En esta ocasión hablaremos sobre los esguinces y los desgarros, pues muchas personas suelen confundirlas y se las tratan por sí solas sin acudir al médico lo que puede desencadenar problemas posteriormente.
En el caso de los esguinces las causas son diversas; las caídas, torceduras o golpes pueden ser el detonante para que se desplace la articulación de su posición normal. Esto puede causar que los ligamentos que mantienen esa articulación se estiren o se rompan. Por lo general, los esguinces aparecen cuando una persona:
- Se cae sobre un brazo.
- Se cae en un lado del pie.
- Se tuerce una rodilla.
- Una lesión reciente.
- Levantar objetos pesados de manera incorrecta.
- El uso excesivo de los músculos.
- O el mover los músculos y los tendones de la misma manera una y otra vez, sin darle el debido descanso.
Factores que aumentan la posibilidad de lesiones
1.- Factores predisponentes:
Inadecuada preparación física (calentar, enfriar, estirar, insuficiente resistencia aerobia, gesto deportivo incorrecto…).
Falta de estiramientos (insuficiente tiempo, intensidad y musculatura)
Desmotivación (problema por la relación deportista-entrenador, socio-familiar…)
Cansancio (estrés psíquico, físico, sueño…)
Mala nutrición
2.- Factores extrínsecos:
Equipo y servicios
Calzado
Características del deporte
Aparatos ortopédicos
3.- Factores precipitantes:
Sobreesfuerzo
Mal gesto
Alteraciones musculares: Son el paso previo a una lesión muscular si no se tratan y se
solucionan correctamente:
Agujetas: Dolor o rigidez muscular que aparece después de un esfuerzo físico intenso y/o poco habitual.
Rampas o calambres: Contractura muscular tetánica (mantenida) involuntaria de muy breve duración (segundos).
Si son muy frecuentes y seguidas se pueden considerar un “aviso” antes de derivar a una contractura muscular.
Contractura muscular aguda: Contractura muscular tetánica involuntaria y permanente o duradera de uno o más grupos musculares.
¿Cómo se trata un esguince o un desgarro?
- Para reducir la hinchazón y el dolor durante el primer o segundo día, los médicos por lo general le indican que:
- Mantenga el área lesionada en reposo. Use muletas o un bastón si tiene lesionado el tobillo o la rodilla.
- Coloque bolsas de hielo sobre la lesión durante periodos de aproximadamente 20 minutos, cuatro a ocho veces al día.
- Comprima la lesión usando vendajes especiales, una férula o yeso, botas o tablillas.
- Eleve el tobillo, la rodilla, el codo o la muñeca lesionada usando una almohada.
- Tome medicamentos, como aspirina o ibuprofeno.
Después de tratar el dolor y la hinchazón, su médico puede recomendarle que ejercite el área lesionada para prevenir la rigidez y aumentar la fuerza. Además, podría necesitar fisioterapia que le indicará cuándo podrá comenzar a entrenar de nuevo.
Es importante, en cualquier caso, ver a un médico para que pueda recibir el tratamiento adecuado y disponer la cantidad de tiempo que necesita para sanar completamente. Si intenta volver a las actividades normales o actividades deportivas demasiado pronto, puede lesionar el área otra vez.
Por supuesto que todo este tipo de lesiones pueden ser evitadas o disminuido su impacto si se toman las medidas preventivas al iniciar la práctica de la disciplina, asumiendo de esta forma hábitos de ejercicio que sean más seguros.
Puede ayudar a prevenir los esguinces y los desgarros al dejar de hacer ejercicio o actividades deportivas cuando esté cansado o sienta dolor.
- Consumir una dieta balanceada para mantener los músculos fuertes
- Mantener un peso saludable
- Tratar de no caerse
- Usar zapatos que le queden bien
- Hacer ejercicio todos los días
- Mantener una buena condición física para practicar deportes
- Hacer ejercicios de calentamiento y estiramiento antes de practicar un deporte
- Usar equipo protector mientras juega
- Correr en superficies planas