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Muchas veces has escuchado cuando le dicen a alquien que no hace caso «te crees un electròn libre»: La comparaciòn es tomada a partir de una serie de situaciòn que ocurren dentro de la naturaleza a nivel molecular y que puede originar cambios que la desequilibran cuando uno o varios de los electrones que los componen quedan desparejados generando los llamados radicales libres.
Los radicales libres son moléculas inestables que perdieron 1 ó varios electrones y son altamente reactivos. Su misión es buscar el electrón o los electrones que les faltan en otras moléculas para obtener su estabilidad. La molécula atacada a la cual ha robado el electrón, se convierte en un radical libre, y de esta forma se inicia una reacción en cadena que daña a muchas células desencadenando incluso su muerte cuando se descontrola.
La historia los describe como agentes peligrosos, cuando en realidad los radicales libres están presentes en casi todos los procesos normales del organismo. Por ejemplo, al metabolizar los alimentos. Allí las calorías de los alimentos se converten en energía para ser utilizada por el cuerpo. La molécula de energía es el ATP, Trifosfato de Adenosina, el combustible necesario para que las células funcionen. Para formar ATP hay que descomponer el oxígeno para formar radicales libres en las células, principalmente en las mitocondrias, que es la fábrica celular donde se genera constantemente ATP.
En la respiración tambièn se produce un proceso oxidativo, en el cual, la glucosa y los ácidos grasos oxidan oxígeno para producir ATP y energía creando radicales libres, el anión superoxido.
Otro proceso es el desarrollado por el sistema inmunológico que genera radicales libres. Una de las mejores formas de matar organismos invasores consiste en bombardear con éstos y es así como funciona los linfocitos. La primera barrera defensiva contra los gérmenes.
Otros agentes capaces de producir radicales libres que atacan las células, precipitando el envejecimiento celular. son el oxígeno de la atmósfera y el sol.
También estamos expuestos a elementos del medio ambiente que los generan como la polución ambiental, el tabaco, la radiación, los aditivos químicos en alimentos procesados, los pesticidas, el estrés y las emociones negativas.
El mecanismo de defensa que mantiene a la ralla a los radicales libres son llamados antioxidantes. Estos son moléculas que ceden electrones sin perder su equilibrio, con lo cual se inhibe la oxidación causada por los radicales libres.
Una paradoja del metabolismo es que mientras la gran mayoría la vida compleja requiere oxígeno para su existencia, el oxígeno es una molécula altamente reactiva que puede dañar a los seres vivos produciendo especies reactivas del oxígeno. Por lo tanto, los organismos poseen una compleja red de metabolitos y enzimas antioxidantes que trabajan juntos para prevenir el daño oxidativo de los componentes celulares tales como en el ADN, proteínas y lípidos.
Hoy se sabe que, los radicales libres son la causa directa del envejecimiento celular de nuestro organismo en general. Esta investigación la desarrollo el doctor Denham Harman, padre fundador de la teoría de los radicales libres para explicar el envejecimiento.