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La presencia de las mujeres en el deporte, podría decirse que es de reciente data. La discriminación de género como en el resto de las actividades sociales excluía a las mujeres o las dejaba para actividades deportivas menos importantes o consideradas actas para mujeres. Los prejuicios y las trabas impuestas por la sociedad de entonces, que les prohibía o les dificultaba practicar deporte.
Y esto fue así por mucho tiempo, tanto que en los Juegos Olímpicos no participa ninguna mujer de no ser como espectadora. Y en ùltima instancia tenía que ser soltera para poder asistir al evento, ya que algunos hombres como el francés Pierre de Coubertin, quien se propuso a finales del siglo XIX, reiniciar los Juegos Olímpicos, en 1896, era de la idea de que la mujer se definía esencialmente como compañera del hombre y que “los Juegos Olímpicos constituyen la exaltación solemne y periódica del atletismo masculino con el aplauso femenino como recompensa” dando a demostrar su rotunda oposiciòn a la participación femenina en estas competencias.
Y de dentro de este grupo, está la historia de una joven de 30 años que destacó abriendo la historia de la participaciòn deportiva de las mujeres de forma destacada, al llevarse dos medallas de oro en la disciplina de tenis, hablamos de Charlotte Cooper, quien con sus victorias dio uno de los primeros pasos para lograr reivindicacar a las mujeres deportistas.
Charlotte Cooper pasaba a ser la primera campeona olímpica de la historia en los Juegos Olímpicos celebrados en París (Francia) en 1900. En los mismos juegos ganó la medalla de oro en dobles mixtos. Nacida 1870, una época que se caracterizó por la total sumisiòn y negaciòn del desarrollo personal de la mujer, Charlotte contó con el apoyo de sus padres un inglés y una norteamericana que la incentivaron a que preacticara el tenis, en un club de su localidad en Gran Bretaña. Al poco tiempo la joven de 22 años logra su primer triunfo nada más y nada menos que en Wimbledon, en 1892.
En 1901, se casó con Alfred Sterry, abogado y tenista que la apoyó incondicionalmente en su trayectoria deportiva. Tuvieron un hijo y una hija que también se dedicaron al tenis.
Estuvo en competencias hasta los 50 años y murió en 1966, a los 96 años.
En Atenas 2004, ya la participación de mujeres fue del 40.7 %. En 2012, en los Juegos Olímpicos de Londres, participaron por primera vez en boxeo y hoy están en todas las competencias. Un aporte dado por la tenista Charlotte y por supuesto por muchísimas mujeres que también colocaron su granito de arena.
Esperamos que este artìculo sea un homenaje a esas miles de mujeres que este 8 de marzo conmemoraron los logros que han alcanzado.