El deporte, compañero de la nación Dominicana tiene una oportunidad de interés, llevar a un hijo meritorio suyo a la cima del Baloncesto internacional.
En el link de la portada de éstos TOQUESITOS hoy, les presento la forma detallada de hacerlo y me arriesgo a pedírselo, porque se trata de AL HORFORD un joven dominicano simplemente brillante, un ser humano que nos enorgullece con apenas 27 años ha hecho del baloncesto una forma de vida, una disciplina que trabaja codo a codo con sus días y las circunstancias de representarnos por el mundo.
Sin ánimos adulatorios, les hablo, pues valorar no es adular, pero en un mundo de lamentos, tomar en cuentas la buena fe, la dedicación y la sanidad de un atleta nuestro debe ser también nuestra tarea.
Necesitamos una cantidad mínima de 800 mil votos, y sólo en la República tenemos según el registro electoral, unos cinco millones de personas hábiles para hacerlo, es una hazaña que elevaría mucho más la insignia tricolor que con orgullo flotamos.
Sería un dominicano de pura cepa, neto nato y nito, TODO ESTRELLA, que abriría por primera vez un quinteto en la Organización Mundial de Baloncesto, conocida como NBA, y qué honor que le tocara a un dominicano de tan limpia trayectoria.
Creo en mi más intrínseca convicción que en AL, encontramos el prototipo de la humildad, la decencia, la dedicación y el decoro que lo hacen merecedor de nuestro favor, cuyo única inversión son tener acceso a una computadora o a un teléfono inteligente con cinco minutos para teclear nuestro voto antes de que finalice diciembre.
En sus manos pues, coloco éstos TOQUESITOS, a la espera de ser tocada.
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