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La vida esta llena de misterios, por situaciones que se dan a diario y que muchas veces nadie se explica como ocurren. Sin embargo, los fenómenos naturales son poco predecibles y casi nunca se puede hacer un análisis seguro del paso de un huracán, un maremoto y el tema que trataremos, un » temblor» de tierra (sismo).
Las sociedades que están educadas para un eventual fenómeno natural, tiene un plan de evacuación en sus casas, lugares de trabajos y escuelas. Citamos el caso de Chile, país que se ha visto afectado de grandes movimientos telúricos que han devastado comunidades. El plan que hay diseñado en ese país no causa en la población un terror tan notorio como el que si ocurre por ejemplo en República Dominicana, donde recientemente tembló la tierra.
Y, es que Chile tiene hasta un control en las construcciones, donde debe haber todo un protocolo a la hora de diseñar un plano y solicitar el permiso a las autoridades correspondientes previo a dar el primer picazo.
La ausencia de información y vivir el proceso del temblor sin tener la menor idea de lo que hay que hacer para evitar tragedias es un problema vital para un pueblo que conoce poco acerca de ese fenómeno que puede ocurrir en cualquier momento en una Isla como La Hispaniola.
Hay que hacer un plan de seguridad y ponerlo en práctica en la población, a través de simulacros. Que la gente sepa lo que debe hacer, como reaccionar para los primeros auxilios en caso que le toque asistir a alguien e inclusive hacerle entender a la gente que es necesario tener un botiquín de emergencia a mano.
Mostrar en un edificio por ejemplo donde quedan las instalaciones eléctricas las conexiones de gas y todo lo que se tenga que tomar en cuenta para estar prevenidos. Inclusive, hacia donde correr, que es lo que atina la gente cuando siente el temblor. Poner señales visibles en las áreas más seguras donde ubicarse para salvarse de un eventual peligro.
En pleno temblor, que por suerte no pasa de segundos, mantener la calma. Con ponerse a gritar y estar cerca de lugares que pudieran caer con el temblor, se pone innecesariamente en riesgo la vida. Lo que si debe hacerse enseguida es alojarse en un lugar seguro, si va conduciendo debe reducir la velocidad.
Tener en cuenta que el uso del ascensor no es recomendable para evitar si falla la energía que ocurran desastres innecesarios. Claro, estas recomendaciones se dicen fácil pero llevarlas a la práctica es por lo regular caótico. Pero, sugerimos que se eduque a la población a nivel general en campañas por televisión, redes sociales, periódicos y hasta en las juntas de vecinos, el sistema de emergencias debe activarse para que no les agarre de sorpresa.
Después que pasa un temblor, hay que asegurarse que no hay daños que pongan en peligro sus vidas para entrar de nuevo a sus casas o lugares de trabajo. El uso de los teléfonos, que sean sólo para casos de emergencia, para que cuando tenga que llamar las líneas estén disponibles.
El temor a lo desconocido es normal, pero para lamentar tragedias, hay que proceder a informar, educar y concientizar a la gente que un fenómeno natural llega de repente y rompe todas las predicciones.
Amigo lector, doy testimonio que el temor paraliza y agrava cualquier situación que pudiera no ser tan grave, el ejercicio cuesta, pero hay que poner en práctica como aprender a enfrentar un temblor de tierra.