Fiesta en los Mercados Belgas

Porque comprar es solo una opción

Bruselas, Bélgica.- Viajar es mucho más divertido cuando además de ir a los lugares emblemáticos del país que visitamos, nos interesamos en las actividades que realiza el común de la gente. Cuando nos atrevemos a disfrutar lo que tradicionalmente disfrutan, a comer lo que comen o bailar lo que bailan. Una buena manera de conocer la cultura de otros países es olvidar un poco que somos turistas e interesarnos en lascotidianidades, en los eventos tradicionales y en la agenda que viven los lugareños durante todo el año. Una buena alternativa son los mercados ambulantes o temporales, de los que existen de todo tipo en el viejo continente. Los famosos mercadillos navideños, los mercados medievales, los brocantes, las pulgas y toda una gran agenda de estos eventos en los que comprar es solo una de las tantas actividades que se pueden hacer.

  Plazas, calles, parqueos y otros espacios públicos toman forma de mercados durante unos días de la semana o del año. Los hay muy especializados como los mercados de antiguedades y las pulgas, otros muy variados en los que se encuentra desde comida hasta los más raros objetos. En Bruselas mientras se camina, es facíl encontrarse con una calle cerrada por los residentes, en la que todos ponen a disposición a muy bajo precio lo que ya no usan. Por lo general en el marco de estas ventas organizadas también hacen presentaciones artísticas, se ofertan comidas y otros atractivos que convierte el evento en mucho más que un espacio para la compra y la venta. En invierno, diversos países de Europa ofrecen los mercadillos navideños, toda una tradición en la que se disfruta del ambiente de la temporara aunque esté nevando o haga mucho frío. Alemania, Holanda y Bruselas son de los países con más tradición en esta actividad. Yo disfruto mucho visitar los mercados, cureosear en los diferentes puestos y comer en medio de su animado ambiente mientras me distraigo con las diferentes escenas que se van pasando. Este fin de semana asistí en la capital de Bélgica a un mercado medieval, en el que disfruté de una verdadera recreación de la vida en la edad media. Una mezcla de la música, el baile, la moda, la artesanía y muchos otros elementos de la epoca. Mientras caminas por su interior te encuentras a cada paso con un espectáculo y es que espectador se convierte en parte de la fiesta y al final son pocos los que no llevan un detalle que recree los elementos culturales de este período.   Las más diversas manifestaciones de la época se pueden encontrar mientras se recorren los diferentes puestos. La manera de cocinar, de bailar, de elaborar piezas artesanales o vestir. Es cierto que no todo es medieval, también se encuentran puestos de ventas de comidas y curiosos artículos artesanales que a veces poco tienen que ver con el medioevo, pero siempre serán vendidos por artesanos vestidos con trajes de la época. A mi me encanta visitar estos mercados medievales en los que a veces se siente una como viviendo en aquellos tiempos. Disfruto comprarme detalles que difícilmente pueda encontrar en tiendas. Me encanta la expontáneidad con que la gente toca diferentes instrumentos musicales, baila al ritmo de la música y se convierte en importantes personajes de la época. En un bufón del rey por ejemplo, en un arquero, un campesino o una elegante dama ataviada con detalles de la época. Para conocer fechas y lugares de los mercados medievales, de mercadillos navideños u otros eventos de esta naturaleza solo basta entrar a internet, donde se encuentra todo una amplia programación. Todo depende de la temporada en que viajemos. Lo mejor: estos eventos son gratis y los precios de las comidas y bebidas son relativamente económicas. Son muchas las ciudades europeas que tienen sus mercadillos dominicales y semanales y por lo general, de los más famosos e interesantes se encuentran detalles en las guías turísticas de cada país. En París por ejemplo en cada zona se celebran mercados semanales en los que se pueden palpar interesantes escenas de la cotidianidad parisina. Opciones existen para escoger, todo depende de cual sea nuestro interés. Y si usted es de los que para nada le interesa la cotidianidad de los pueblos ni el turismo alternativo, olvídese de los mercados y siga visitando sus museos y tomándose fotos en los más emplemáticos lugares.

Mary Leisy Hernández, periodista y locutora. Egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y de la Escuela Nacional de Locución.
Escribe para el Periódico dominicano El Nacional y prepara la publicación de su libro “De París a Cotuí”, en el que recoge diversas crónicas sobre sus historias de viajes.
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