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La presente temporaria de la NBA está dejando un dulce sabor a los Halcones de Atlanta con la explosiva temporada que tiene «locos» a sus contendores . No hay forma de frenar el recio ataque y contraataque que en cada jugada capitalizan los líderes de la conferencia Este que tienen récord de 38 victorias y 8 derrotas.
No hay casualidad en el joven equipo que desde el año 2007 con la llegada del estelar Al Horford, ha trillado un camino ascendente, cuyo objetivo inmediato está centralizado en colarse en post temporada.
Contrario a las opiniones de los expertos analistas de la NBA desde la pre temporada donde dejaban en incógnita el resultado en la nómina de Los Halcones, porque el enfoque estaba sobre Cleveland, Miami, Chicago y Toronto; como favoritos para liderar la conferencia; han tenido que volcar su atención en el equipo que se identificó como «True Atlanta» en su slogan y lo han demostrado juego a juego.
A pesar de que no hubo ruidos de presentar un «Big 3» o anunciar con bombos y platillos la firma de otro jugador con la estampa de Estelar como Horford, los Halcones apostaron a su talento y sus movimientos «mágicos» se enfocaron en fortalecer la banca con la adición de Thabo Sefolosha, Ken Benzemore, Adrian Payne, este último drafteado en la pasada lotería del talento universitario.
El dirigente Mike Budenholzer y su equipo de asistentes: Kenny, Atkinson, Darvin Ham, Taylor Jenkins, Charles Lee, Neven Spahija y Ben Sullivan, han logrado establecer una mística que los mantiene en ascenso y con el trabajo de una dirigencia cuyo liderazgo está rindiendo frutos a corto plazo.
El quinteto de los Atlanta Hawks, compuesto por Jeff Teague, Paul Millsap, DeMarre Carroll, Kyle Korver y Al Horford han roto todos los esquemas a la hora de rendir sus frutos en la cancha. Cada jugador tiene su enfoque en dar el cien por ciento en cada salida y la química que han establecido se ha vuelto mecánica. Se nota que el objetivo de cada uno es elevar el equipo al máximo nivel. El poderoso quinteto se complementa con una plantilla de jugadores suplentes que salen con hambre de jugar y cada partido tiene por lo regular un líder distinto en puntos, rebotes, asistencias y la defensa no da tregua a sus contenedores en los minutos que los jugadores del quinteto van al descanso.
Los cinco fantásticos, no tienen que salir a «resolver» porque bajaron la ventaja en su ausencia o por la falta de mantener el dominio en cada cuarto, los reservas salen con la confianza de mantener la categoría de su equipo.
Pero Antic, Mike Scott,Dennis Schroder, Thabo Sefolosha, Shelvin Mack, que junto a Elton Brand, Mike Muscala y John Jenkins tienen bajo su responsabilidad mantener la ventaja en los minutos que les toque salir al ruedo se han convertido, al igual que el quinteto inicial en los protagonistas del equipo líder de la división Este del mejor baloncesto del mundo.
La clave está en que no hay individualismo, el liderazgo del capitán Al Horford ha roto con la tradición de la liga de que sólo un jugador es el centro de la atención, quien capitaliza las jugadas y encesta los puntos. El dirigente no tiene dolor de cabeza por los egos y en las entrevistas que se les hacen de manera individual, así lo demuestran. El enfoque es jugar un baloncesto como equipo. «Quien tenga la facilidad de encestar un tiro es quien recibe el balón» ha reiterado Horford en recientes declaraciones.
Sin dudas, Atlanta lleva un ritmo de colarse en la final de conferencia y su objetivo es » pelear» por su campeonato.
De seguir ese ritmo, no hay dudas que Atlanta dará a su fanaticada una primavera de fuego, que despertará el interés de una ciudad cuyos fanáticos asistían al Phillips Arena a aplaudir equipos tradicionales con estelares que siempre es agradable ver en acción, sin embargo la realidad es que esos aplausos ya se están quedando reservados para el equipo de casa.