De Arquitecto de Estrategias y Corrupción

El fin justifica los medios, reza un postulado famoso que leen políticos, empresarios y líderes que definen sus códigos de éxitos a su manera.

Lo cierto es que se vale apostar a mejoría siempre y cuando ese triunfo  no se fundamente en aceptar dinero mal habido sobre todo recursos pagaderos a permitir futuros negocios una vez se logra el objetivo.

El poder, da libre albedrío y una vez un candidato a cualquier cargo político, empresarial o simplemente un comerciante logre una «inyección» sólida  de dinero en sus tiempos de vacas flacas no importa los medios para engordar las reses, el caso es que nadie se atreve a fiscalizar la procedencia de las bonanzas.

Parafraseo con metáforas lo que no encuentro manera elegante de expresar con palabras llanas.

Para los que piensan que la corrupción se detiene en una puerta, es bueno que sepan que la impunidad de los encargados de evitar que se propague en los círculos que rodean los espacios corruptos, es más fuerte que cualquier ley. Los que aceptan un empujón para lograr sus objetivos, tienen que vender su alma a los que disfrazados de corderos les resuelven sus problemas «in so facto».

La modalidad de los candidatos a cargos presidenciales en América Latina, se han visto tentados y han caído en el más bajo impulso de dejarse ayudar de empresarios extranjeros que desde Brasil, por ejemplo les tocan su puerta y como por arte de magia llega una bonanza.

Ser estratega de campañas y anunciar con sólidas plataformas de comunicación la cantidad de presidentes que gracias a sus «estrategias» llegan a la meta ha dejado mal parados a presidentes, de varios países.

Eso de llegar a un país sin importar el nivel de pobreza del mismo y establecer todo un comando de campaña, cuyo objetivo es buscar y encontrar todo lo que sirva para atacar a un contrincante en la política y tumbarlos en las urnas ha dejado sin voz a muchos.
Joao Santana, es un ciudadano de Brasil, que ha hecho agenda como una especie de Cristóbal Colón en la historia reciente latinoamericana. El estratega, primero puso en su propio país al frente del gobierno a dos presidentes, luego en Venezuela fabricó un líder ya fallecido que a Costa del «Corazón del pueblo» se plantó a gobernar y solo la muerte lo bajó del poder. El estratega, siguió a Perú, Argentina y otros países donde también logró el milagro de hacer ganar la presidencia a sus clientes.

El más reciente caso, se ha visto en el Caribe, en una Isla hermosa, llamada a República Dominicana. Santana, se estableció en esa nación y se volvió un mago sacando estrategias que coloquen en primer lugar al presidente actual que aspira a ser reelegido de nuevo al cargo.

Vehículos forrados de la cara del candidato, vallas gigantescas en las principales vías del país completo, porque hasta en ciudades donde ni hay señalización vial, se alcanza a ver un afiche del candidato;es el resultado de la campaña montada desde hace más de tres años en favor del candidato que ha desarrollado el estratega Santana.

Todo, ocurre ante los aplausos del equipo de campaña que dejó el estratega, que salió a su país a atender un asunto de «vacaciones forzadas» solo que no está en un hotel cinco estrellas, sino en la carcel. Donde se encuentra Santana, respondiendo por serias acusaciones de corrupción y es investigado por las abultadas cuentas bancarias que hay en bancos Suizos a su nombre y el de su pareja.

Los resultados finales de esa acción responsable de la justicia brasileña de investigar, arrestar y procesar a Santana, no se sabe dónde quedarán. Con los sueldos productos de pagos por servicios, pago de viaticos y servicios de representación que gana Santana, es difícil que lo «guarden» por un tiempo. Tener dinero, garantiza la compra de todo lo que se necesita. Nadar en aguas corruptas es un privilegio que no deja ahogarse al más insignificante de los mortales.

¿En que va a parar esa obra sólida de la plataforma de campaña que creó el estratega de Brasil en República Dominicana? ¿Quien servirá de testigo para salvar de una condena en su propio país a Santana? ¿Regresará a culminar su obra al país caribeño que se encuentra a días de las elecciones?

Esas y decenas de interrogantes que se hace gente sensata, que no tiene  un precio y que le importa la suerte de su país quedan en el aire. La corrupción también conoce la palabra imposible por lo que cualquier milagro puede ocurrir en favor del arquitecto de las estrategias políticas.