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La versión 31 de las olimpíadas organizadas por Brasil el primer país de Suramérica, que celebra unos Juegos Olímpicos llegaron a su fin con un total y rotundo éxito. Contra todos los pronósticos y ante amenazas terroristas, que fueron tibiamente reseñadas pero que siempre fue como una piedra en el zapato, se clausuraron sin hechos que lamentar. Exceptuando, el incidente de un autobús que transportaba periodistas y que luego se supo que no fueron disparos los que rompieron cristales, sino piedras lanzadas por mozalbetes que buscaban llamar la atención;no hubo otra novedad de hechos violentos.
Con la crisis política que se vive en Brasil, por la suspensión temporal de su presidente Dilma Rousseff, que enfrenta un juicio y en su lugar está asumiendo de interino el vicepresidente Temer; hay que felicitar el país anfitrión que debe sentirse orgulloso que en organización y montaje ganó medalla de oro.
Grato y responsable fue el hecho que a pocos días de la inauguración y con reseñas de vicios de construcción en la Villa olímpica, instalaciones sin finalizar en su totalidad y la insalubridad de aguas en lugares de competencias acuáticas; se quedaron en el olvido esos «detalles».
La inauguración que fue fundamentada en cuidar el medio ambiente, valorar los elementos de la naturaleza y crear conciencia sobre la supervivencia humana, fue un despliegue de talento y creatividad que será recordado como un hecho sin precedentes. De igual manera la ceremonia de clausura mostró las tradiciones carnavalescas de Brasil. La alegría de los cariocas, el entusiasmo por sus danzas y la esencia de su naturaleza, fueron vendidas al mundo con un cierre llamativo y cargado de cultura.
En lo relativo a las competencias, queda claro que las potencias que conforman los países que se llevaron mayor cantidad de medallas, debe ser el espejo en que se miren las naciones que quieren lograr el éxito de sus atletas capitalizados en medallas.
Estados Unidos, China,Gran Bretaña y hasta Rusia, fueron los ganadores. Las políticas deportivas y el desarrollo permanente de captar talento en todas las disciplinas es la clave de esas naciones que son supremas en el planeta.
Sorpresiva la participación de España, que quedó corta en las expectativas que sobre esa nación se tejieron.
México, no logró los resultados esperados y al contrario, se notó un desnivel marcado que se convirtió en la frustración de la delegación azteca.
Cuba, ha descendido su nivel en una ridícula y penosa calidad atlética. Pero, se entiende, que luego del retiro del apoyo de Rusia que era el padrino de Cuba en sustentar económicamente la Isla comunista del Caribe ya esa supremacia ha quedado atrás.
Colombia, logró sus medallas y abre un ciclo interesante en competencias de alto nivel, dado el despliegue de calidad demostrado en los deportes donde vio acción.
República Dominicana, con el deportista Luis Pie en artes marciales, ganó medalla de bronce. A pesar de ser la única lograda por la Isla caribeña, se disfrutó con alegría en la tierra del merengue.
En horabuena, para los países latinoamericanos que participaron con gallardía y grandes retos. Si se copian las claves de formar desde temprana edad los futuros atletas, estaremos disfrutando las mieles que hoy son exclusivas de potencias mundiales.
Federados, clubes, familias y empresarios debe ser el cuarteto que se tienen que enamorar, para que juntos logren ver resultados positivos en olimpíadas futuras.
Cabe destacar que Gran Bretaña lleva dos décadas sembrando una mística deportiva que se ha visto capitalizada en estas olimpíadas.
La cita de millonarios, monarcas, ex atletas olímpicos y público en general se dieron banquete al presenciar a un supremo Usain Bolt, atleta de Jamaica que lleva tres olimpíadas siendo el Rey de las pistas.
De igual manera, Michael Phelps nadador norteamericano que se ha convertido en el supremo ganador de medallas olímpicas desenterrando e implementando nuevas marcas, son dos factores de luces que todos disfrutamos en ese majestuoso festival deportivo del planeta.
Brasil, como país anfitrión quedó mal parado por la ausencia de medallas conquistadas. Aunque las medallas de oro en Fútbol y voleibol masculino les salvó el ser anfitriones y quedarse en la puerta de atrás en lo que a nivel competitivo respecta.
El atletismo, nado sincronizado, gimnasia, maratón, boxeo, artes marciales, son por lo regular las disciplinas más seguidas. Se suma el baloncesto en ambas ramas que estas olimpíadas como en las dos anteriores se resumen en todos los paises contra Estados Unidos, los sobrinos del tío Sam han ganado con facilidad el codiciado oro.
En tenis la salida inmediata de las hermanas Williams y en masculino la derrota de los mejores del mundo, encierra varios mensajes. La ganadora del oro Mónica Puig, una joven puertorriqueña, que se disfruto cada set y al final se robó los aplausos y créditos, dijo al final que era un esfuerzo premiado a su rutina. Puig, rompe con el estereotipo de que solo los grandes pueden colgarse la medalla dorada.
De las sombras que se vivió en Rio 2016, estuvo en acto vandálico de cuatros nadadores norteamericanos que luego de una noche de copas, penetraron a un establecimiento comercial y a la salida luego de haber roto una puerta y siendo sometidos por el dependiente a esperar por la autoridad policial, los jóvenes hicieron creer que fueron asaltados a punta de pistola.
El hecho, dejó mal parada la imagen de esos atletas de la nación más poderosa del mundo, llamada a ser ejemplo de espíritu deportivo.
Suspensiones de atletas rusos que dieron positivos en dopaje, fueron los hechos desagradables, que el mundo repudió.
Historias de amor, coraje y solidaridad fueron parte de las tiernas escenas que se pudieron ver a través de televisión y en tiempo real en plataformas de redes sociales.
Ese gesto en atletismo de la joven que se cae y una compañera se queda a auxiliarla dio la vuelta al mundo e hizo que los jueces clasificaran a ambas damitas.
En sentido general, las olimpíadas son escenarios de mostrar la crema y nata del deporte. Competir es la principal meta, ganar es el objetivo. Sin embargo queda claro que la convivencia de los atletas, el intercambio cultural y las maravillas que logra el deporte sin la barrera de idioma, religión y otros absurdos asuntos burocráticos hacen posible lo que tan difícil es para las naciones poner el toque de unidad y respeto mutuos.
La cita de la siguiente olimpíadas será en el año 2020 cuando Japón sea el país anfitrión de otro encuentro con el deporte a nivel del planeta. Para ese entonces regresa el béisbol a los Juegos Olímpicos, así como otras disciplinas deportivas que han sido incluidas.
Hasta la próxima entrega, dilectos lectores!