Don Manuel Mota, una vida consagrada al béisbol y a la formación de ciudadanos ejemplares.

En el día de hoy he vivido una muy grata experiencia que me hace sentir muy orgulloso de compartir la nacionalidad con un ser humano de la estatura de Don Manuel Mota.

Si bien es cierto que tenía la percepción que nuestro Manuel Mota gozaba del respeto, cariño y admiración de los fanáticos de los Dodgers de Los Ángeles, nunca me imaginé que fuera de tal magnitud.

Ese sentimiento noble y espontáneo de aprecio hacia nuestro Manuel Mota lo pude observar en el trato de los empleados de los Dodgers, desde el conserje, los cocineros, el personal de relaciones públicas, el staff de radio y tv, los jugadores, el manager, el gerente general, hasta los altos ejecutivos del equipo, incluyendo sus propietarios y el presidente.

Don Manuel Mota tiene 48 años laborando de manera ininterrumpida para esta gran organización, la cual tiene muchos seguidores en nuestro país.

Mientras observaba, con mucho orgullo, las demostración de afecto y admiración a Don Manuel en Los Ángeles me preguntaba porqué en nuestro país nos cuesta tanto rendirle honor en vida a nuestros héroes deportivos.

Máxime a personas que, como Manuel Mota, han tenido una trayectoria impecable, dentro y fuera del terreno de juego.

Mota, a través de su fundación, ha contribuido al desarrollo y educación de miles de niños de escasos recursos en nuestro país.

Es penoso escuchar nuestras glorias deportivas decir, con un dejo de dolor, tristeza e impotencia, que reciben un mejor trato fuera de nuestro país.

No puedo ni quiero asimilar esta dura realidad hacia estos grandes embajadores dominicanos.

Ojalá cambiemos esta indiferencia hacia figuras que elevaron a lo más alto la dominicanidad y representaron con mucho orgullo y dignidad nuestros colores patrios.