Acoso en Hollywood : “Destapa olla de grillos”

Piropos subidos de tono, toqueteos impropios y una realidad asquerosa es lo que domina la industria cinematográfica de Hollywood, en los principales periódicos de circulación nacional.

La gota que derramó la copa fue saliendo cuando menos se hubiese esperado. Durante décadas mujeres de todos los tipos, con talentos sobrados para triunfar en sus profesiones, fueron tratadas como viles mercancías de uso antojadizo de un personaje que ahora sale diciendo que es “adicto al sexo”.

Harvey Westein, un productor de carácter aparentemente simpático y con su sonrisa dibujada en el rostro incapaz de romper un plato, está en el ojo del huracán que desató el muy callado secreto que envuelve un drama muy al estilo Hollywood.

Junto con los señalamientos a ese famoso productor, salieron nombres de actores de gran prestigio y buena reputación.

Pero no habrá investigación que quede en el aire, aún con el poder de hombres machistas que a su vez ejercen como hábito un modo grotesco de tratar mujeres y manipular hombres que ahora también se quejan fueron chantajeados a cambio de la oportunidad de hacer fama y fortuna en la difícil meca del cine norteamericano.

Un Cruce de Piernas

Que una mujer consienta la utilicen como desahogo de aberrantes proporciones, es una cosa y otra muy distinta es que para escalar haciendo carrera en una empresa se tenga que callar los abusos constantes de sus verdugos es diferente.

Todo es según con el cristal que miremos un sano cruce de piernas, por ejemplo, justo el día de una entrevista de trabajo.

Si bien es cierto que usar falda corta no es vestimenta apropiada para estar de frente a un hombre  en una reunión de negocios y que para variar este sea libidinoso, complica  el ambiente.

No refiero esa pieza de vestir como prohibida, solo entiendo que mostrar demasiado, podría tomarse como una insinuación de primera vista. Así, como una mujer guarda con reserva su pudor, existen códigos que tomados literalmente en el caso que planteo una mujer tiene que sopesar.

No es propio hacer cosas malas y revestirlas de buenas.

Sexo débil?

Las mujeres somos desde siempre un sexo fuerte, el decir que por tener menos fuerza física que un varón nos hace débiles es una mentira.

Para una relación sexual tiene que surgir una combinación entre dos personas, lo primero es que acosar es una variable recurrente de hombres acostumbrados a ver la mujer como objeto sexual y sin el previo halago para que se de un encuentro es una aberrante e incómoda situación donde solo gente enferma de mente disfruta.

Cómo es posible que en una industria donde las cámaras y luces están encendidas en casi todo el tiempo, por décadas  nadie pudo hablar del asunto?

Las mujeres que se han quejado fueron saliendo como si fuera una procesión de pueblo, una por una han narrado historias que datan desde una época que es considerada como dorada en el cine de Hollywood.

Del simple guiño de un ojo a penetrar en un camerino y sin consentimiento acostarse con su “mujer de turno” era un secreto a voces, solo que aparentemente el dinero y los privilegios estaban barajando en el medio.

Ahí, los fiscales que presenten las evidencias en probables juicios por venir, deberá desempolvar hasta las revistas que reseñan el mundo social de Hollywood y los protagonistas que hasta hace poco eran no sólo exitosos sino que juraban que estaban vacunados contra todo lo que atentara con sus hábitos; envueltos en el llamado sexo débil.

Muletillas y chuletas

Ahora que se desató el potaje y que el caldo está apestoso, nadie querría servirse en las cuotas de responsabilidades.

Las reseñas periodísticas de espectáculo que son creíbles, deberán más que sacar libros y posiblemente documentales, tienen la honorable tarea de apelar a la ética de esta profesión.
Una muletilla para por ejemplo salir cada año en las alfombras rojas con el productor de las películas nominadas y el reparto completo desfilando, hoy sabemos envuelve más que expresiones y miradas.

Con mujeres maquilladas, luciendo los vestidos más caros y exclusivos de diseñadores no sabemos si estarían como “evidencias” en las historias.

Ganar millones de dólares, casarse con el hombre ideal y encima procrear familia en un ambiente público son vendidos como posibles en Hollywood. Pero con el destape de los acosos sexuales, la perspectiva cambia.

Una chuleta que manda una escena tienen que ser descifrada en todas sus partes, porque a la par con las denuncias a productores de cine, están también la de actores de una trayectoria que data de décadas.

Foros públicos

En portadas de cadenas de televisión se están divulgando una serie de paneles compuestos por círculos  entre expertos que tratan el tema de los acosos sexuales de la industria de Hollywood.

He visto en inglés y español caras de personas que hablan ahora con un alegado asombro sobre tópicos que son una especie de interrogativa retórica.

Que la diaria cobertura de lo que ocurre en el mundo del cine, sea un hábito y que se alegue que todos esos años nadie pudo compilar un trabajo serio que destapara ese escándalo no me hace sentido.

Jóvenes modelos de esas que llegan de lejanos pueblo estadounidense a Hollywood, se negaron a ser manoseadas y han triunfado. Aquí no se trata de que el chantaje era un caso aislado, los mismos periodistas que por décadas están anclados en los foros donde se filman las millonarias producciones cinematográficas podrían ser testigo en corte cuando se decida ponerle formalidad a esas graves denuncias.

En los foros y paneles que he visto, no se puede ocultar que indigna reconocer la gravedad de esos casos, pero al mismo tiempo se refleja la “normalidad” de que detrás de cada hombre poderoso hay un círculo corrupto que compra hasta el silencio.

Consuela el saber que las nuevas generaciones tienen la oportunidad de no dejarse chantajear, ni por un gordo o flaco, que les tire la cascarita y resbalar a sabiendas que pueden darse la vuelta y apostar a la seriedad.

Ser valorados en ese oficio comienza por los actores, que deben continuar con nuevos aires y romper las cadenas que mantuvieron atados a seres humanos valiosos, que pusieron a ganar dinero a una industria reconocida mundialmente.

El precio que han pagado calladas las víctimas se tendrá que resarcir de alguna manera, pero lo mejor de todo es que les llegó la hora de abrir puertas a gente auténtica que el talento no los divorcie de llegar a triunfar sin vender sus dignidades a un precio de “vaca muerta”.