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Sumando los asuntos que impiden avances en Haití, las aristas suman todo un conjunto de irregularidades que ante el mundo se develan sin que hayan mantos que oculten la realidad que compone el día a día de la nación caribeña.
Luego del terremoto del 2010 países que montaron equipos de trabajo para auxiliar la población por la lamentable tragedia, pasan por el escarceo público sobre atroces abusos contra la niñez, ancianos y ahora se salpica un nuevo elemento que el gobierno británico protagoniza.
Resulta que Oxfam, donde varios miembros de la organización caritativa, tuvo presencia en suelo haitiano, está en el ojo del huracán por alegadas contrataciones de prostitutas que prestaron servicios en el año 2011.
A pesar que varios empleados renunciaron tras investigarse el bochornoso hecho, otros fueron despedidos y una acción responsable de la nueva encargada de la ONG, Caroline Thomson ordenó investigar a profundidad los hechos; se prepara para adoptar medidas que den respuesta a esos bochornosos hechos.
Investigación de The Times
En el amplio reportaje que ha escandalizado por las aristas que presenta la grave denuncia, se establece que los empleados eran trasladados de lugar, inclusive en misiones donde personas estaban desvalidas por haberlo perdido todo en el desastre natural.
El caso es que tras salir de la organización británica, el desalmado se convirtió en jefe de misión de la ONG francesa, denominada:ACF, por sus siglas en francés, que traducida es Acción contra el Hambre, con base en Bangladesh donde estuvo laborando entre los años 2012-2014.
Es inaceptable que haya sido contratado, con los antecedentes que precedieron su trabajo en Haití. Según ACF, cuando pidió referencias de Van Hauwermeiren, Oxfam no les indicó las razones por las que ya no laboraba con ellos.
No alertar a las demás organizaciones los hace cómplices de los atroces procedimientos que registra el informe periodístico que investigó los hechos.
Este hecho, que sale reseñado, se suma a otras denuncias de adopciones ilegales de niños y niñas que han sido manejadas con mucho hermetismo por autoridades haitianas.
República Dominicana: “sostiene Haití”
El terremoto ocurrido en Haití en enero del 2010 y por el cual se recaudaron millones de dólares, por concepto de maratones, contribuciones de artistas, ayudas de otras naciones, para la reconstrucción del país se han quedado en un “limbo”.
La residencia presidencial, no ha sido construida y el grupo de poder que gobierna Haití no está reclamando esos fondos para trabajar organizando la nación.
El único país que ha aportado en demasía al pueblo haitiano es República Dominicana. El estado dominicano les construyó una universidad, fue desde suelo dominicano que se recibían las decenas de comisiones que llevaban ayuda humanitaria, agua, alimentos y ayuda médica para atender las emergencias.
Es a suelo dominicano que cruzan parturientas a tener a sus hijos en hospitales, la migración ilegal que recibe República Dominicana procedente de Haití, aunque no ha sido documentada; se presume sobrepase los dos millones de nacionales que desesperados cruzan la frontera.
Los negocios que hay entre ambas fronteras, se ven afectados por intereses de la oligarquía haitiana que veta productos dominicanos en el mercado binacional que se realiza con regularidad entre ambas naciones.
Si por casualidad un dominicano pretende entrar sin visado a suelo haitiano es sacado literalmente a patadas.
Las potencias francesas, canadiense y estadounidense no están asumiendo el compromiso que tienen con Haití. Más bien pareciera que se han “recostado” en República Dominicana, para que reciban la migración haitiana.
Historia olvidada
En secreto y con un arduo esfuerzo, el grupo pudo lograr desatar del yugo haitiano la nación dominicana.
Batallas, acuerdos y tratados territoriales lograron hacer que la línea divisoria entre la Isla fuese oficializada. La parte de Haití tiene claramente definida la demarcación territorial, lo mismo el suelo dominicano.
Durante el yugo haitiano sus políticos trataron con crueldad los ciudadanos dominicanos, impusieron el idioma Francés de manera obligada y los abusos están documentados en los libros de historia. Niños, ancianos, mujeres y hasta la milicia dominicana era foco de objetivo de los haitianos. Los trinitarios inclusive se vieron en la necesidad de dispersarse para no ser capturados por la recia armada haitiana, que buscaba los aguerridos patriotas para lincharlos.
Inclusive, Juan Pablo Duarte, celebró en el exilio la independencia dominicana, proclamada el 27 de febrero de 1844 y ratificada un 6 de noviembre.
Aunque compartimos la misma Isla, la idiosincrasia entre ambas naciones no tiene nada en común, empezando por el idioma y terminando por lo complejo que es bregar con haitianos. Entre ellos hablan múltiples dialectos, no tienen costumbre de armonizar entre ellos, pareciera que Haití fuera una comuna de tiempos primitivos.
Aunque el tema humanitario copa la bondad de los dominicanos, que inserta de manera ilegal al mundo productivo esa comunidad, les gestiona documentación porque en Haití hace más de 100 años no se asientan nacimientos por la ausencia de instituciones; entre otros asuntos que hay que reseñar estos asuntos para que la comunidad internacional sepa que República Dominicana con sus propios problemas también está asumiendo los problemas de Haití.
Este es el mes de la patria para los dominicanos y es oportuno que se logren establecer nuevos aires de cambios para Haití que no retrasen las políticas públicas de los dominicanos para sus propios nacionales.