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La Romana ciudad bendecida por Dios ubicada en el este de la isla me regaló una de las mejores experiencias a nivel periodístico en mi joven carrera.
Desde que subí al autobús a las 7 de la mañana, tuve un gran presentimiento de que disfrutaría la visita al pueblo de La Romana. Junto a mis compañeros de clase universitaria, compartí todo el trayecto del viaje desde la parada en el Parque Enriquillo hasta el parque central de la ciudad de La Romana.
En el camino discutíamos sobre nuestros entrevistados y los demás trabajos de la clase. También tuvimos la oportunidad de conocer los adentros de la parada autobús “Romana Expreso” que labora como grupo formal desde el 1990.
Al llegar al parque central de la ciudad, el anfitrión romanense Limbert, compañero de clase nos recibió con varios tapaos, empanadas revueltas con huevo y kétchup. Todos comimos, gracias a sus manos, que prepararon el alimento y nos cumplió como lo había prometido desde que pautamos el viaje.
El Museo Histórico Salón de La Fama del Béisbol Latino, se encuentra en el parque central siendo la principal atracción del parque. Aunque está en muy malas condiciones, es de grato placer para los dominicanos y turistas que lo visitan.
Con el panorama del parque, pude extender mi cuestionario para el empresario Francisco Rivera, que tenía en agenda recibirme para la entrevista a las 9 de mañana. Después de tomarnos varias fotos nos dirigimos a Vanity Boutique en donde Esmeralda, entrevistó a un político del Partido Revolucionario Moderno.
En la tienda, llamé a mi entrevistado y me dijo que podría recibirme en su oficina. Inmediatamente, Limbert me transportó en su pasola hacia “Almacenes Cristo Viene”, donde fuí tratado como en casa.
Por más de 30 minutos conversamos sobre su historia de vida, pero lo trascendental de todo el conservatorio fue que la presencia de Dios estuvo presente todo momento.
Francisco Rivera – Empresario de La Romana
Francisco Rivera, propulsor del establecimiento, es responsable de suplir de alimentos de primera necesidad a miles de romanenses que acuden a sus tiendas con la intención de adquirir productos a bajo precio.
En el 1983 “Chico” estableció su primer negocio vendiendo víveres, legumbres, pollos y demás artículos a precios asequibles. Los recursos para emprender en esa “aventura” fueron donados por un primo que tenía un establecimiento en la ciudad y le dejaba buenos dividendos económicos.
El público prefería comprarle según sus palabras, porque fue creando un vínculo más profundo de un simple vendedor. Se caracterizaba por un trato personalizado, adecuando sus precios a las posibilidades de cada comprador.
Su vocación de servicio nace en su provincia natal de Higüey, cuando jugaba con sus amigos a ser los propietarios de tierra y comercializaban salami, azúcar y yuca, productos que sus padres le regalaban para estos fines.
Para el 1982, su encuentro con Cristo lo confirmó como un hombre bondadoso y apegado a ser un fiel servidor a los más necesitados. El versículo de Filipenses 2:13: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” lo resume y lo identifica por completo, afirma Rivera.
“Dios me tocó en el momento preciso, cuando ya me hacía preguntas sobre la existencia y sobre si valía la pena vivir acorde a la moral y a las buenas costumbres, pero lo más importante me hizo entender que debemos vivir dejando huellas impactando positivamente a los demás”.
Actualmente tiene un almacén y un supermercado, ambos comercios en la Avenida Gregorio Luperón del centro de la ciudad, separados por un local que está pensando comprar.
El ambiente que se respira en estos establecimientos es de paz y armonía, gracias a que todos sus empleados son cristianos y desde las 7 de la mañana de lunes a sábado, horario en que se trabaja están en total comunión con Jesucristo.
Kelly Horford, ex atleta y dirigente de baloncesto de La Romana, define a Rivera como un ejemplo de superación. “Cuando una persona es reconocida y admirada por todos sin discriminación alguna es porque el trabajo que realiza es bendecido por él de arriba, no solo basta servir de boca, la palabra hecha acción es lo más bonito de su persona” afirmó Horford.
Ser un empresario en La Romana
La ciudad de La Romana es un paraíso turístico, realidad que beneficia al sector empresarial debido a que tienen mayor demanda de consumidores. Pero también se convierte en un constante reto, ya que los establecimientos comerciales deben innovar para calar en el gusto popular.
A sus casi 40 años, al frente del establecimiento está consciente de que el trabajo según avanza el tiempo debe ir mejorando y adecuándose a las exigencias del mundo actual, por eso delega funciones a sus empleados según sus aptitudes en las diferentes áreas pertinentes para un mejor desempeño colectivo.
Chico atribuye el éxito del sector empresarial en esta zona del país, a la gran cantidad de cristianos que habitan allí, porque entiende que cuando se ora en específico por una ciudad, las bendiciones llegan másrápido y de forma directa.
La delincuencia es un mal que le preocupa bastante a este padre de 3 hijas, que siguen sus pasos en el mundo empresarial. “Me aterra como las drogas consumen a los jóvenes hasta al punto que hacen todo por conseguirla, esto es lo más preocupante de mi ciudad, ver familias destruidas por este mal, hay que intervenir al poder de Dios para poder erradicarlo”.
“Para emprender en cualquier tipo de negocios, primero se debe analizar y estudiar el campo donde tengas conocimiento, el área que dominas bien es la que se debe de emprender, identificar el lugar y estudiar los ingresos disponibles y tener los principios bien claros”.
Valor Familiar
Para Rivera, trabajador desde pequeño en las tierras de sus familiares la principal motivación, debe de ser la familia. Dios y la familia, son el binomio que conjuga en su labor del día a día. “Si motivación no hay esfuerzo
“Eso es fundamental, la mayor motivación de toda persona debe ser esa. La mayor alegría y satisfacción, después de Dios es la familia. Cuando la familia se fortalece, el negocio también se fortalece”
Dentro de su historia familiar, fue el primero en trascender públicamente y ser condecorado con cientos de reconocimientos en toda la zona este del país.
Su galardón más importante lo tiene en el corazón, la paz que significa Cristo en su vida no la da ni los reconocimientos ni todo el dinero que pueda obtener.
De los que dominan el negocio a la perfección y hace contraste con el típico empresario que no comparte con sus empleados ni con la gente que colabora con sus empresas, es de los que se tienen ganado el cielo, ya que su felicidad está en Cristo y no en los bienes materiales.
Chico Rivera, es un símbolo en La Romana. Un hombre comprometido con Dios y que trabaja según los mandamientos, ayudando a los que menos pueden y contribuyendo con el desarrollo económico y espiritual de cientos de jóvenes.
Después de finalizar la entrevista Don “Chico” Rivera, empresario destacado de la ciudad me obsequió una biblia, siendo el mejor regalo de todo el viaje.
A mis 22 años nunca me habían regalado un libro sagrado y me sentí muy contento al recibirla, porque llegó en un momento de mi vida que necesitaba encontrarme espiritualmente y aunque con el simple libro no lo conseguiría, considero que fue una señal para comenzar mi reencuentro con Dios.
Aproveché la oportunidad para visitar la iglesia Santa Rosa de Lima, que es la iglesia católica más emblemática de la ciudad y lleva este nombre en honor a la Patrona de La Romana «Santa Rosa de Lima».
Al entrar, observo a un dominicano que sirve de guía a dos turistas que venían caminando por el parque. Les explicaba sobre la historia de la iglesia, con datos falsos y todas las actividades que realizan. Al terminar su guía por la iglesia los turistas le dieron 50 pesos al dominicano que dijo: “Ya se acabó el trabajo”.
El señor que se hacía llamar Richard. se percató que lo observaba y me preguntó mi procedencia. Le dije que era estudiante y venía de la capital por una asignación de la universidad. Me invitó a seguir caminando con él muy sonriente: “Yo tengo to dale pa cá” pero le respondí que yo también tenía lo mío y me dirigí al parque para esperar a las compañeras.
La experiencia me dejó con ganas de regresar a la ciudad y comenzar un recorrido desde el parque central a cada uno de los establecimientos comerciales que engalanan La Romana. Su gente es muy trabajadora y son partidarios de que todo se consigue a base de sacrificio y esfuerzo.